El río Guadalquivir ha tenido una importancia capital en la historia de Sevilla, principalmente por todo aquello relacionado con el descubrimiento de América. Algunos siglos antes, se había mostrado como un elemento decisivo en cualquier operación militar de defensa o conquista de Sevilla. Una de estas situaciones es la que vamos a recoger ahora:
Originariamente el río tenía dos cauces, y uno de ellos discurría por lo que hoy es la Alameda, Trajano, Plaza Nueva, para desviarse en García de Vinuesa y desembocar a la altura de la actual Torre del Oro, en el cauce actual. Resultaba que en el año 583, el Reino Visigodo estaba en Guerra Civil entre Leovigildo, de religión arriana, y su hijo Hermenegildo, convertido al cristianismo. Hermenegildo se encontraba en Sevilla, y su padre Leovigildo vino con sus tropas a sitiar la ciudad. Hermenegildo había pedido ayuda a los bizantinos para levantar el sitio, pero las noticias llegaron a oídos de Leovigildo que, para evitar que llegara la flota bizantina hasta la ciudad, y para conseguir que Sevilla no tuviera acceso al agua del río, utilizó sillares traídos de Itálica para secar el curso del río, en una gigantesca maniobra militar.
El trayecto de este antiguo cauce por el actual centro de la ciudad explica, por otra parte, que se hayan encontrado restos de barcos antiguos en pleno centro de la ciudad.
En nuestro Free Tour La Macarena: de Sevilla al Cielo, visitamos el lugar en el que Hermenegildo fue torturado al caer derrotado en la guerra contra su padre.